Mensaje P. Tony Salinas

martes, 22 de mayo de 2012

Para-liturgia Vigilia de Pentecostes


Vigilia de pentecostés
Iglesia del Señor de las Mercedes y Santa Lucía


PRESENTACIÓN

Queridos Hermanos y hermanas:

            Como todos los años la Santa Madre Iglesia nos convoca a la celebración que cierra los cincuenta días de Resurrección con la Solemnidad de Pentecostés, que es cuando se cumplen los cincuenta días entre la Pascua y esta fiesta judía. La palabra Pentecostés fue primeramente la fiesta de la siega (cosechas), Ex 23,14, que luego llegó ha convertirse en la fiesta de la alegre conmemoración del don de la Ley del Sinaí y por lo tanto de la renovación de la Alianza, Cf. 2Cro 15,10-13. Pentecostés, pues hace referencia a cincuenta días después… La solemnidad se había abierto a la celebración de la “Nueva Alianza, perfecta”, invadida por el Espíritu de Dios infundido en los corazones de piedra del hombre pecador, según la promesa de Jeremías (capítulo 31).
            En esta línea se desarrolla también el Pentecostés cristiano, que es presentado dos veces en el Nuevo Testamento, uno el mismo día de la resurrección (Jn 21) y el otro el día de Pentecostés (Hch 2). Llama la atención que los dos acontecimientos se desarrollaron según al tradición en el Cenáculo.
            Pues bien, hoy nos reunión en asamblea familiar en una casa, que quiere ser un nuevo Cenáculo, donde se produzca ese nuevo Pentecostés que tanto todos necesitamos. En el marco de esta celebración judía, como nos narra el libro de los Hechos de los Apóstoles, “Estaban todos reunidos en mismo lugar, de repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse” (Hch 2,1-4).
            Para vivir esta vigilia familiar les sugerimos un breve esquema que todos pueden enriquecer con sus experiencias y talentos:
-          El tiempo inicial es para dar la bienvenida y la presentación de las personas nuevas o que no todos conocen.
-          Presentación del Objetivo de esa noche, que es “velar en oración” para pedir que al Señor una nueva efusión de su Espíritu.
-          Iniciar con los cantos de alabanza y animación
-          Luego la oración inicial que pone y dedica al Señor los frutos de esta noche de vigilia.
-          Terminado el tiempo de oración la proclamación de la Palabra de Dios. Como se trata, de que todos una vez concluida la lectura puedan compartir el mensaje que Dios nos ofrece. ¡El Santo Evangelio es el plato fuerte!
-          Después de lo compartir se puede hacer la oración de intercesión por la necesidades y al finalizar una oración de acción de gracias.
-          La oración que debe cerrar es el Padre Nuestro y la oración mariana del Ave María.

A este sencillo esquema, le acompaña la ambientación del lugar. Se puede ambientar con una imagen elaborada o fotocopiada del Espíritu Santo en su forma común de una paloma. Una imagen de María que acompaña a la Iglesia en su nuevo Pentecostés y se puede usar el cirio pascual familiar que se adquirió para la Vigilia Pascual, se debe colocar al centro del lugar en donde todos están reunidos. Flores y demás adornos quedan a discreción de todos.

PRIMERA LECTURA
Se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra
Lectura del libro del Génesis 11, 1-9

Toda la tierra hablaba la misma lengua con las mismas palabras. Al emigrar (el hombre) de oriente, encontraron una llanura en el país de Senaar y se establecieron allí.
Y se dijeron unos a otros:
- “Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos”.
Emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de cemento.
Y dijeron:
-”Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos famosos, y para no dispersarnos por la superficie de la tierra”.
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres; y se dijo:
- “Son un solo pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de su actividad, nada de los que decidan hacer resultará imposible. Voy a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo”.
El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad.
Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí los dispersó por la superficie de la tierra.

Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL
Sal 103, 1-2a. 24. 27-28. 29bc-30 (R.: cf. 30)
R.
Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. R.
Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.      
Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas. R.
Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.      
Todos ellos aguardan
a que les eches comida a su tiempo;
se la echas, y la atrapan;
abres tu mano, y se sacian de bienes. R.
Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.      
Les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra. R.
Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

SEGUNDA LECTURA
El Espíritu intercede con gemidos inefables
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 22-27
Hermanos: Sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve? Cuando esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia. Pero además el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.
Palabra de Dios       Te alabamos, Señor.

SECUENCIA
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.

EVANGELIO
Manarán torrentes de agua viva.
+ Lectura del santo evangelio según san Juan 7, 37-39

El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús, en pie, gritaba:
- “El que tenga sed, que venga a mí; el que cree en mí, que beba. Como dice la Escritura: de sus entrañas manarán torrentes de agua viva”. Decía esto refiriéndose al Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él. Todavía no se había dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado.
Palabra del Señor                    Gloria a ti, Señor Jesús


Secuencia de Pentecostés

Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo Padre amoroso del pobre, don en tus dones esplendido; luz que penetra las almas;  fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma  descanso de nuestro esfuerzo,  tregua en el duro trabajo,  brisa en las horas de fuego,  gozo que enjuga las lágrimas  y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,  divina luz, y enriquécenos.  Mira el vacío del hombre  si tú le faltas por dentro;  mira el poder del pecado  cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,  sana el corazón enfermo,  lava las manchas,  infunde calor en el hielo,  doma el espíritu indómito,  guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones  según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia  dale al esfuerzo su mérito;  salva al que busca salvarse  y danos tu gozo eterno.

“Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor.
Aleluya”
Cantos del espíritu santo
622. SIEMPRE ES PENTECOSTES
(Mi m) (C. Gabarain)

Cuando rezamos, cuando cantamos, cuando la fiesta es
un celebrar gozosos el día grande Pentecostés
cuando llevamos en nuestras manos un resplandor de luz,
en nuestro pecho vive y palpita el que murió en la cruz.

Cuando el señor alienta en nosotros siempre es pentecostés.
Cuando el amor nos lanza a la vida siempre es pentecostés.

Cuando queremos comprometernos en una misma fe,
Una tarea, un compromiso siempre es pentecostés.
Cuando decimos, si a la iglesia con plena lucidez,
Soplan de nuevo vientos del cielo, por que es pentecostés.

Cuando los hijos ya van creciendo y dicen que quieren ser,
Miembro de Cristo y de su iglesia siempre es pentecostés.
No nos separan lenguas ni razas, nuestra consigna es,
Ser en el mundo un testimonio por que es pentecostés.

629. VEN ESPIRITU DE DIOS

Ven espíritu de Dios, sobre mí, me abro, a tu presencia cambiaras mi corazón. (2)
Toca mi debilidad, toma todo lo que soy, pongo mi vida en tus manos y mi fe,
Poco a poco llegaras a inundarme de tu luz. Tu cambiaras mi pasado cantare.

Quiero ser digno de paz, quiero compartir mi ser. Yo necesito tu fuerza tu valor.
Quiero proclamarte a ti, ser testigo de tu amor entra y transforma mi vida, ven a mi.

634. ESPIRITU SANTO, VEN

Espíritu Santo, ven, ven (3)
En el nombre de Jesús.

Acompáñame, condúceme toda mi vida. Santifícame, transfórmame, Espíritu Santo, ven.

Resucítame, conviérteme, todos los días. Glorifícame, renuévame Espíritu Santo, ven.

Fortaléceme, consuélame en mis pesares. Resplandéceme, libérame, Espíritu Santo Ven.

Ilumíname, inspírame, cuando decaiga. Aniquílame, consúmeme Espíritu Santo, ven.


Secuencia de Pentecostés (Martin Valverde)

Ven, Dios Espíritu Santo envíanos desde el cielo tu luz para iluminarnos
Ven ya Padre de los pobres Luz que penetra en las almas Dador de los dones

Fuente de todo consuelo amable Huésped del alma paz en las horas de duelo Eres pausa en el trabajo brisa en un clima de fuego consuelo en medio del llanto

Ven luz santificadora y entra hasta el fondo del alma de los que te adoran
Sin tu inspiración divina los hombres nada podemos y el pecado nos domina

Lava nuestras inmundicias fecunda nuestros desiertos y cura nuestras heridas

Ven, Dios Espíritu Santo…

Doblega nuestra soberbia calienta nuestra frialdad y endereza nuestra senda Concede a aquellos que ponen en Ti su fe y su confianza tus siete sagrados dones

Ven ya, Padre de los pobres…

Danos virtudes y méritos danos una buena muerte y contigo el gozo eterno Ven, ven Espíritu Santo llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

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